sábado, 26 de septiembre de 2009

martes, 22 de septiembre de 2009

Segundo bigote

No montéis ese caballo. Mejor entrad en este link. Eh, eh. ¿Dónde está? Suéltalo, suéltalo, ching... ah, aquí: http://www.youtube.com/watch?v=U7eP3c7JDi4

Dadle al play. Leed los comentarios con el play. Y cerrad pronto. Hay un rumor, de un chico de Valencia, que le estalló en la cara. Estalló el rumor. Bueno ¿qué creíais? ¿un segundo bigote de la hostia? Pues esto es. Como la tercera edición de Fama. Ja, ja. ¿Quién ha escrito eso? Bien. Pues ya está, aquí lo tenéis: en bruto.

Ah, una cosa. Esto es una táctica. Pronto llegará el real. Pero que sepáis: todos los comentarios son nuestros. El vídeo también lo íbamos a subir, pero nos lo borraron. El ordenador.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Pasatiempos surrealistas de burgueses pasados de moda

Volumen 1: MAGIC VEGETAL

Un chalé. El típico chalé. En las afueras. Silencioso. Llega un camión de la basura. Es de color verde y transporta el interior de los contenedores de vidrio. Está lleno de botellas y vasos rotos. Lo hacen pasar por el jardín hasta el borde de la piscina. Uno de los basureros acciona una palanca y la compuerta residual del camión libera un alud de cristales sobre el agua. Los cascotes y esquirlas centellean a la luz de los focos hasta que terminan por hundirse en el fondo de la piscina. Luego todo vuelve a la calma y hay un segundo de verdadera quietud. El conductor del camión recibe un sobre blanco en el que suponemos hay dinero. El mayordomo que se lo ha entregado hace una reverencia y el camión arranca. Nadie hace ni dice nada hasta que las sirenas naranjas no se han perdido del todo en el horizonte.

Entonces hacen aparición cinco señoras mayores vestidas de negro. Llevan una silla de plástico plegable bajo el brazo y avanzan en procesión hasta situarse en fila en uno de los bordes de la piscina. Colocan sus sillas y como si fueran cantaoras flamencas toman asiento con solemnidad. La mirada altiva. Fija en un punto. Enseguida aparecen unos niños muy jóvenes ataviados con delantales y uniformes de cocinero. Cada uno lleva un cuenco de cerámica relleno de cerezas. Algunos de ellos tienen sobre sus cabezas unos extraños sombreros turcos con pájaros disecados en la copa. El macabro invento parece improvisado y algunos de los pájaros se balancean peligrosamente. Tras entregar un cuenco a cada anciana el grupo de benjamines desaparece con un gracioso trote militar. Suena una trompeta. Del fondo del jardín aparece una multitud desnuda corriendo como si se acabara de dar el pistoletazo de salida de una carrera. Se pisotean y empujan entre ellos hasta llegar a un límite invisible que les hace frenarse en seco. Son los surrealistas.

El mayordomo aparece con una vela blanca en la boca, saluda al grupo con una reverancia y se enciende la vela como si fuera un puro. Acto seguido le hace un gesto a las señoras mayores y éstas sacan de sus vestidos una tira de tela verde. Se la atan a la frente como si fueran luchadoras de kung fú. En cada cinta se puede leer el nombre de un varón. Son viudas. Practican el deporte del duelo.
El mayordomo, con su vela goteante de cera en los labios, pide que los primeros cinco participantes tomen posición. Cinco surrealistas se separan del grupo y se arrodillan frente a las ancianas. De nuevo, se escucha el sonido de una trompeta. Una banda de música tirolesa que hasta entonces había estado oculta detrás de los setos empieza a tocar una composición popular. Las ancianas empiezan a llorar todas a la vez, gimiendo el nombre del varón que llevan en la frente: "Ay, Manolo mi amor", "Roberto, qué desgracia", "Yo te sigo esperando Juan" y mientras moquean y gritan y se golpean el pecho se llevan las cerezas a la boca con una mano y escupen en la otra los restos triturados. Cuando ya tienen una buena ración de masa de cereza se la untan en el ano al surrealista que tienen delante y luego se la introducen por el esfínter haciendo presión con sus dedos arrugados. Una vez han recibido su dosis los surrealistas se levantan de un salto y como potrillos juguetones, levantando exageradamente las rodillas, hacen cola delante del trampolín. Los cristales, por supuesto, siguen ahí. En el fondo de la piscina.

Uno a uno los surrealistas se entregan a este juego tortuoso en el que tienen que lanzarse a la piscina sin rozar el fondo, sin tocar en ningún momento el suelo. Poco a poco la piscina se va llenando y cada vez es más difícil mantenerse a flote. Llega un momento en que hay tantas piernas agitándose bajo el agua luchando por no tocar el fondo que se empiezan a dar rodillazos y golpes, y empiezan a gemir y a apoyarse unos en otros, mientras las ancianas de luto siguen llorando, la vela se consume y continúa la música tirolesa con sus cencerros de vaca y sus acordeones. Los surrealistas gritan, algunos ya se han desmayado y flotan, otros son pisoteados y el agua cada vez más roja.
Y cuando en los labios del mayordomo se han fundido los últimos restos de cera, una voz electrónica que surge del interior de la casa grita "Yeah, yeah, yeah ¡MAGIC VEGETAL!". Entonces la música se detiene y las ancianas una a una se secan las lágrimas. Se limpian la cereza de la barbilla y se levantan. Se desnudan. Se pierden en el jardín. Los surrealistas saben que todo ha acabado y poco a poco salen de la piscina.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Buscar la verdad

Josuá tiene 16 años. Un día decide dejarse de mentiras y dejar de hablar. Decide no articular nunca más un sonido. Se plantea durante un momento el lenguaje de signos, pero lo descarta también. Esto causa un revuelo en casa, sus padres se enfadan con él y le gritan.
Josuá decide escaparse a la calle, caminar un poco. Mira hacia todas partes, a todo el mundo. Alguna persona de vez en cuando le dirige la palabra: le pregunta alguna dirección, si tiene hora. Josuá los mira un largo rato. Busca la verdad y la encuentra: el rincón donde se enredan las raíces del sueño, la alegría, la fantasía, el anhelo, el deseo y el miedo (al frío, al odio, a la muerte). Josuá no responde cuando le preguntan cómo está o cómo se llega a la Plaza de los Salvados. Él busca la verdad. Los abraza en silencio.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Democracia II

Tomad, tomad. Que es gratis.

martes, 15 de septiembre de 2009

La pasión

los que hacemos esto nos ayudamos mucho mutuamente,
nos regalamos tetas.
"ten la teta de esta señora, no es mía, es de esta señora, pero tenla, yo te la doy"
(esto solo es un adelanto, tranquilos)
queríamos decir que no nos sentimos solos, que nos gusta que nos reviséis el culo después de cada pedo, que no se escape nada chicos, sabéis que un equipo de cirujanos nos ha instalado una semilla en los riñones, necesitamos mucha caca, mucho abono para que crezca fuerte y firme esta rosa de los riñones, esta maceta salvaje.
la idea sigue siendo el orgasmo del dragón.
fruga buga.

solo fruga.

domingo, 13 de septiembre de 2009

No olvidar

Es eso, creo en eso. Creo fielmente en eso. Escribir para no sentirme en deuda con la vida. Para no sentirme en deuda.

Democracia

Tomad, tomad alpiste.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Abuelitas en la carretera

Aquel hombre era muy grande. Un espíritu rico. Todo lo demás, bastante vagabundo. Era una pena. A veces varias penas. Esos días son los peores. Va por ahí regalándole café de sobre a los niños. No se, querrá ser alguien. Pero lo cierto es que su espíritu es rico porque se cobra con su pobre cuerpo. El hombre está bastante enfermo y tose mucho. Tiene los mocos muy densos. Debe ser algún síntoma. Sus mocos son tan densos que a veces se quedan colgando durante días. De ahí su nombre: “Tentáculo Grillo”. Qué nombre. Toda una epilepsia. Escucharlo te hace parpadear bastante y te da la sensación de que la realidad pierde tensión por un momento y parpadea como un letrero luminoso. Todas las cosas se convierten en tubos de neón mientras su nombre es pronunciado. Las señoras, por ejemplo, se apoyan en tubos de neón para dar sus paseos. Los perros y los erizos son de neón. Los huesos son de neón (Cuando alguien es herido por una herida de bala es capaz de proyectar estrellas en las paredes, constelaciones de dolor y demás consecuencias poéticas del estilo). Todo es de neón. Pero claro esto solo dura mientras parpadeamos. Es decir dura exactamente “Tentáculo Grillo”.
Un hombre como Tentáculo Grillo siempre tenía pañuelos con los que poder limpiarse los mocos. Su abuela, de hecho, se pasó toda su vida bordando pañuelos de tela. Cuentan que llegó a bordar más de mil pañuelos con las obras completas de Víctor Hugo y un total de ciento cincuenta recetas de cocina. Tentáculo Grillo se culturizó durante aquellos segundos que para el resto de la humanidad pertenecían a la asquerosa costumbre de mirarse los mocos recién estampados. Así leyó "Los miserables" o "Nuestra señora de París" con la salvedad de aquellas frases que se veían obstruidas por el germen mucoso.

Quien ha conocido a Tentáculo Grillo sabe de sus hazañas: Se conoce que ha sido el único hombre capaz de convencer al conductor de un autobús público de que diera la vuelta “porque se le había olvidado algo”. También ha hecho cosas parecidas con los tranvías. Tiene algún tipo de poder de convicción sobrenatural o tal vez solo da mucha pena, o intuyen la mirada de su espíritu rico amenazándoles como un magnate en su despacho. El caso es que lo consigue. Lo hace posible. Una vez hicieron bajar a todos los pasajeros de un tranvía y trajeron grúas y grandes ganchos para levantar los vagones sobre las vías y ponerlos en el sentido contrario, solo para que el pequeño Tentáculo Grillo pudiera volver atrás. Además Tentáculo Grillo tiene un sexto sentido para los locos, para los desplazados mentales. Sobretodo si conducen vehículos públicos. Cuando aquel conductor de autobús pirado tuvo el brote de psicosis y quiso estrellarse contra un supermercado gritando “Vamos a morir” a Tentáculo Grillo le saltó el resorte de la intuición y respondió “Tranquilo. Yo te enseño inglés.” De todas las retorcidas asociaciones que podrían existir en la mente de aquel hijodeputa de la cabeza sólo aquella del inglés le devolvía la razón y Tentáculo Grillo dió con ella. ¡Ese dar con la tecla del absurdo, ese sentido de la locura, ese superpoder de psiquiatra!

Así es nuestro querido héroe.

He oído que hace tiempo que vende cachitos de su carne de contrabando.

Dicen que su ingesta produce intensas alucinaciones. Últimamente Tentáculo Grillo ha vendido mucho costo. Hay gente que pregunta por unas señales de tráfico nuevas, muy raras. En ellas se lee “Cuidado: Abuelitas en la carretera.” En realidad son drogodependientes alucinados pero no lo saben.
Hace tiempo que Tentáculo Grillo se pulveriza el cuerpo con un rayador. Se está convirtiendo en una especie de ceniza humana viva.

Ahora podrías estar respirándolo. Al hombre de incienso. Al nuevo zombie: El zombie incinerado.
Mirad como peta: Tentáculo Grillo, el no muerto. Le robó las riquezas a su propio espíritu.